dilluns, 13 d’abril del 2009

Psicohistoria - Asimov

Este post tiene poco que ver con los demás, los que no sabéis qué es la psicohistoria de Isaac Asimov o no estéis interesados os lo podéis saltar.

Desde joven me interesa Asimov, y he releído sus libros una y mil veces. Me interesan en concreto y cada vez más su visión de una ciencia-técnica llamada psicohistoria que pretendía predecir el comportamiento de grandes masas de personas (a escala galáctica) siempre que estas no supiesen que se las estaba "observando" o no interfirieran en el proceso. La historia es larga, si ténéis tiempo de leer los diferentes libros de la saga de La Fundación tal vez os enganchen como a mí.

La cuestión es que no veo -mas allá de lo que nos dice wikipedia- que nadie más relacione el desarrollo de internet con la psicohistoria. Y a mi me parece que tienen mucho que ver. Ya sé, tal vez sea una tontería, pero también lo era la posibilidad de seguir la opinión de empresas o líderes políticos expresadas en internet y corregir una campaña de marketing o electoral sobre la marcha.

Para empezar podemos tirar de wikipedia, con la entrada de Psicología Cuantitativa o bien la de la propia psicohistoria cuidándose mucho de dejar claro que es la psicohistoria de ficcion. La real tiene otra acepción pero estoy seguro de que con el tiempo la segunda se quedará con el nombre.

Si imaginamos a un gran hermano que ausculta lo que dice internet (las personas) en tiempo real podemos contactar con Jordi Turmo de la UPC (organización donde invierto gran parte de mis horas laborales) que se dedica a analizar grandes cantidades de texto no estructurado de la web.

Otra alternativa clara sería Google Trends y sus derivados, o bien el análisis de noticias que realizan empresas como imente. La bioinformática está en proceso de consolidación; podríamos inventarnos algo parecido a el análisis demoscópico de la voz de la comunidad online, demoinformática.

Pero yo encuentro más poderoso por ejemplo lo que podría hacer Tweeter al respecto. Los comentarios "en caliente" son más emocionales, más primarios, y creo que expresan mejor lo que Asimov intuía que lo que pueda dar de sí una noticia de medio de comunicación estructurada y seguramente manipulada con algún objetivo. Quién me asegura que la gente de Twitter no está ya haciendo un análisis de tendencias emocionales con sus bases de datos. Sería legal y legítimo vender esta información agregada manteniendo la confidencialidad individual?

Sería interesante analizar el caso de González-Sinde y cómo ha respirado la comunidad internauta.

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